Recorriendo las montañas nevadendes

Día 1 (20 de julio): Bienvenida 

Hemos llegado al punto de encuentro y mientras íbamos de camino al hotel nos presentamos para comenzar a conocernos entre nosotros. Luego los monitores nos explicaron algunas cosas sobre este Parque Nacional y cómo sería este voluntariado.

Al llegar al hotel dejamos las cosas, nos dieron el material y las camisetas de voluntarios. Jaime nos contó el cronograma del voluntariado y explicó los diferentes órdenes de macroinvertebrados que podemos encontrar en los ríos: odonatos, tricopteros, plecopteros, efemeropteros, planaria, heteropteros, moluscos, dípteros, coleópteros... Describieron los órdenes que son de mayor importancia por ser bioindicadores de la calidad del agua. Finalmente nos contaron sobre el descubrimiento del ACAbicho y se dio por concluida la reunión.

Luego nos dimos un bañito y cenamos bien (sobre todo los carnívoros).

Para terminar el día fuimos a un muestreo de lepidópteros nocturnos, en el que pudimos ver una gran diversidad de especies. Allí nos explicaron cómo diferenciar entre Noctuidae y Geometridae en función de la posición de las alas cuando están posadas. Estuvimos bicheando y escuchando los diferentes proyectos e investigaciones que realizaban con estos muestreos de lepidópteros. Terminamos el día con Santiago siendo el portador del tótem.

 

Día 2 (21 de julio): Charla y muestreos

Para empezar la mañana con energía hemos tenido una charla de Raquel, guía del Parque Nacional de Sierra Nevada, en la que nos ha contado acerca de la biología, geología, uso del territorio, gestión y educación ambiental de este parque. Tras unas interesantísimas preguntas y numerosos regalos, nos dirigimos a la primera jornada de muestreos.

En el trayecto de ida Jaime y Daniel nos han explicado el material y la metodología para realizar el muestreo, lo cual hemos aprendido a la primera. El muestreo ha sido rápido dado la lluvia y el viento. Hemos medido el caudal, variables fisicoquímicas e identificado diferentes tipos de macro invertebrados, los cuales los hemos conservado en un bote con alcohol. Durante los trayectos hemos podido conversar y aprender sobre las diferentes especies de insectos y aves que hemos visto.

Tras un intento de café en el refugio, hemos ido a visitar Pampaneira y deleitarnos con su gastronomía: la fábrica de chocolate, la de caramelos y una agradable, inspiradora y pacifica conversación en el rincón. Al regresar al hotel, hemos desinfectado el material de campo.

Por último, nuestros monitores se han deleitado con unos dramas amorosos dignos de la banda sonora del Titanic y el guion de cómo conocí a vuestra madre.

 

Día 3 (22 de julio): Poqueira y BRUTAL

Los dos muestreos de hoy se realizaron en el río Poqueira, el primero tras un cortito y cuesta arriba trayecto en el que hemos podido apreciar los paisajes más ocultos de Sierra Nevada y usos tradicionales de ganadería en montaña, y el segundo cerca de la central de la Cebadilla, un muestreo tranquilo, en el que no disponemos de mucho espacio pero que realizamos sin percance ninguno.

Tras dos muestreos intensos hemos ido al pueblo de Lanjarón, donde hemos conocido a Sara, la directora de Brutal y creadora de multitud de proyectos de conservación, y nos ha hablado sobre todos ellos. La hemos ayudado a cortar los tablones para una futura actividad ambiental de cajas nidos. Pero aún con ganas de trabajar y con algo de tiempo por delante, terminamos trasplantando diferentes especies vegetales que servirán para una repoblación en la zona, en la que ha habido un incendio recientemente.

Para terminar la noche, contamos unos suculentos traumas familiares, que ya es tradición terminar el día de forma intensa.

 

Día 4 (23 de julio): Trevélez

Empezamos el día en la furgoneta, hacia Trevélez.

Allí habíamos quedado con los Manolos y con Alberto, que nos esperaban con dos todoterrenos en los que metimos todo el material, y nos fuimos para arriba, acercándonos un poco al punto de inicio de la ruta.

Un par de curvas de subida, y unas cuantas nubes de polvo después, estábamos ya para empezar el muestreo del tramo alto, más o menos, porque nos quedaba bajarnos a la acequia y recorrerla un buen tramo hasta el río. Nos acompañaban nuestros conductores, y fuimos viendo alguna cosa de bicheo, un sapo bien grande y otro bien muerto, y dos o tres vacas en el camino.

Después de muestrear y desandar lo andado, nos bajamos de nuevo a la furgoneta y Dani dio un golpe de estado y nos fuimos al punto bajo de muestreo, donde sacamos la comida para almorzar a la orilla del río, en un soleado día de verano. Tras esto llevamos a cabo el segundo muestreo del día, una buena muestra con abundantes plecópteros y tricópteros.

Después de terminar el muestreo y de andar moviendo piedras para quitar una presa, ya nos volvimos para la Finca Los Llanos a aprovechar un poquito de piscina antes de la cena.

 

Día 5 (24 de julio): El día sin Santi

Quinto día, en el cual Alba se hace la chula, no sabe parar y se traga la piedra. Comenzamos el día con un voluntario menos, Santi ha tenido que ir a Madrid por un examen de la universidad.

Amanece y Santi se encuentra "durmiendo" en un banco en la estación Sur de Buses de Madrid. En breve iniciará de nuevo su marcha hacia Montes, completando lo que tiene que ser el recorrido más largo que ha hecho nadie para llegar a un examen (¿Guinness World Record?)

Comenzamos nuestro quinto día de voluntariado con 2 horitas de curvas para muestrear por primera vez el río Genil. Santi comienza su examen de inventario (o lo que quiera que fuera la asignatura esa).

Tras varios intentos de ruta, conseguimos dar con el punto de muestreo GEN3 y procedimos a muestrear de 11:30 a 12:30, lo cual nos dejó con un poco menos de 2 horas para disfrutar del Jardín Botánico de Hoya de Pedraza del cual tanto nos habían hablado los monitores, generando tremenda expectación.

Es lunes.

Estaba cerrado.

Viendo esto, decidimos aprovechar y nos acercamos al centro de interpretación de Sierra Nevada.

 Es lunes.

Estaba cerrado.

Santi ha salido del examen (suponemos, el muy capullo no ha informado) y está en ruta.

Subimos hacia el Albergue Universitario de Sierra Nevada y con media hora que matar aprovechamos para tomar un algo en los sofás, pero una señora encantadora nos ha informado de que no podíamos estar ahí sentados sin estar alojados. Esta misma ha empeñado gran esfuerzo en juntar dos mesas para que pudiéramos comer todos juntos. Pasamos al salón.

Tras comer en la compañía de un agradable equipo de andadores seleccionados, hemos iniciado nuestro ascenso hasta la cumbre del Veleta donde hemos visto cabras además de simpáticas crías de Acentor alpino.

 Disfrutadas las vistas, comenzamos el descenso, claramente inspirados por tanta belleza y partimos rumbo al alojamiento.

 Santi sigue en ruta.

 Aprovenchando nuestro paso por Lanjarón adquirimos queso en la quesería Venta del Chaleco.

 Santi es informado de nuestro side quest, acepta la misión.

 Santi fracasa, habiéndose bajado del taxi en la punta equivocada del pueblo, pero se lleva queso porque somos mu majos.

Me estoy cansando, cenamos y no nos paramos de reír. Alba la caga. Se lleva la piedra. Mañana lo hago bien y así no tendré que volver a escribir.

 

Día 6 (25 de julio): El Abuelo

Nos levantamos en Capileira para disfrutar por última vez de los majestuosos desayunos que nos preparaban en "Los Llanos" y nos pusimos en marcha. Tras una agradable ruta llegamos al punto TRE2 en el río Trevélez. Rápidamente nos distribuimos el trabajo y comenzamos a muestrear como los profesionales que ahora somos, metiendo brazos en profundidades insospechables para arrasar con cada lapa y tricoptero que ahí pudiera encontrarse, medimos caudales algo caudalosos y fisicoquimiqueamos lo suyo.

De vuelta a la furgo vimos chupaleches y un sin fin de otras mariposas. El segundo punto del día BAY2, en el río Bayarcal ya en Almería, se situaba cerca de un complejo hotelero abandonado y no dudamos en curiosear la zona. Observamos fauna tan chula como un Lagarto bético (fig. 1) y una culebrilla de agua (fig. 2). Los descubrimientos no se limitaron a estos pues Daniel decidió probarse la gorra de hostelero para en seguida darse cuenta de que no era lo suyo (fig. 3).

Tras la comida le dimos fuerte al muestreo y al llegar al segundo alojamiento no pudimos contener nuestra emoción al ver la semejante tarde de piscinuca que nos esperaba, la cual prácticamente vaciamos (de gente y agua) gracias a una buena sesión de mareo (Fig. 4).

Después de cenar pedimos toda la cocina para el bocata del día siguiente, Carolina siendo la más excesiva queriendo añadir pimientos a su bocata de tortilla mientras Santi, Josera y Josu pidieron un simple bocata de pechuga de pollo, tomate y jamón serrano. Tras la habitual sesión de rajamiento nos fuimos a reponer fuerzas para lo que sería el último de muestreo de nuestro simpático equipillo.

 

 

Día 7 (26 de julio): Emociones y camaleones

Comenzamos nuestro séptimo día, intenso pero el mejor, día en la nueva ubicación, Laujar de Andarax. Tras un desayuno ligero, una cepillada de dientes comunitaria en el minúsculo baño y entrar varias veces por la ventana, emprendimos lo que fue un día tan flipante que no queríamos terminarlo (spoiler).

Los dos muestreos se realizaron en el río Andarax, en los puntos dos y tres, sin tener que andar para ninguno de los dos (reservamos nuestra fuerzas para un lugar más interesante). El primer muestreo fue tranquilo, practicando el arte de la pesca sostenible con dos truchitas muy majas. El segundo y último muestreo de este voluntariado fue un poco más turbio (literalmente). Tras rellenar dos estadillos de caudal (un río más lento que las chicas de este voluntariado), procedimos a limpiar a conciencia y arduamente la muestra de macroinvertebrados, en la que pudimos observar una gran diversidad de taxones y dejarnos los riñones. Además, también vimos un ciervo volante menor y un caballito del diablo, que desapareció misteriosamente. Sin embargo, lo más grande que atrapó nuestra red no fue menos que una voluntaria con muchas piedras, palos, hojas y flores en la cabeza (nótese que le gusta la botánica). Por último, la botánica intentó hablarle de bichos a un hombre muy apresurado que huyó rápidamente en su coche, divulgación ambiental check.

Cuando procedimos a comer, resultó que no habían metido comida sin gluten, así que procedimos a dar una paliza a la camarera tan maja que odia a los vegetarianos y la tortilla con pimientos. Comimos en la villa y tras el café 500, decidimos por una falsa democracia ir a refrescarnos a la rambla de yesos de Alborodui.

De La biodiversidad paisajística, geológica y biológica nos flipo tanto que no pudimos parar de cantar. Dj Diggy aprovecho para grabar su próximo éxito: no estaba muerto estaba por la rambla, amenizada por el perroflautista de Santi.

Tanto éxtasis (musical, no nos confundamos) nos dejó tan secos que fuimos derechos a la piscina. Sin embargo, allí se vivió una verdadera tragedia ambientada por la banda sonora de Jurasic Park. La piscina disminuyó su caudal del orden 1:10 por cada ahogadilla. EL CLORO NO ESTÁ BUENO.

Tras una cena temprana, continuamos con nuestro karaoke móvil, pero esta vez dirección a la ribera de la Algaida. Tras una parada técnica para comprar guachirri de colores, nos encontramos con el optimista de Camacho. Un hombre aún más majo e interesante de lo que nos habían contado. Dimos un paseo nocturno por la Albufera de Aguadulce, donde descubrimos la flipante sorpresa que nos tenían preparados: CAMALEONES. Josu nos habló apasionadamente sobre estos pequeños y muy bien camuflados animales. Incluso se nos olvidaron las picaduras de los mosquitos en ese momento, aunque se nos fue un poco la pinza. Jaime nos enseñó una aplicación en la que pudimos escuchar los sonidos de los murciegalos y Camacho nos habló acerca del entorno, problemáticas, gestión y proyectos en ese pequeño pero importante área natural. Los más importante, nos habló de plantitas (muy ricas según Santi), por lo que la botánica estaba más feliz que una abeja en una flor. Para terminar nuestra visita, también fue sorprendente, Jaime y Camacho nos dieron ánimos y fuerzas para nuestras futuras prometedoras carreras de biólogos, ambientólogos e ingenieros forestales (el más grande de todos los ingenieros tras aprobar el examen viajero).

Para terminar el día interminable, transformamos lo que iba a ser una fiesta de despedida por un sincericidio tan bonito como las personas que lo formaron. No hubiese sido un voluntariado igual sin ninguna de ellas, ni sin nuestros maravillosos monitores. Una experiencia que no sólo se ha tratado de aprender de bichos (que lo conseguimooos), si no de aprender los unos de los otros y descubrir lo que unos traumitas puede unir. Todo fueron buenas críticas y mejores las risas de después, que escucharemos cuando nos volvamos a ver en las coordenadas de mi pierna dentro de un año.

 

Día 8 (27 de julio): Final

Y por último, día de despedidas. Nos levantamos y recogemos equipajes y materiales. Los llevamos a la furgo y nos disponemos a coger carretera camino a Granada.

En el trayecto repasamos la experiencia y descubrimos un poco más la música de Daniel, un buen broche final para terminar esta experiencia maravillosa.

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