Diario de Voluntariado PN de Guadarrama 2025

Día 1: De árbol a bunker (29/05/2025)

El primer día del voluntariado en el parque de Guadarrama del año 2025, el equipo de intrépidos voluntarios formado por miembros en los que cada uno venía de un lugar diferente de la geografía española, se dirigió a visitar el CENEAM (Centro Nacional de Educación Ambiental). Allí los técnicos del parque nos dieron una charla introductoria al parque, destacando los valores naturales que lo caracterizan, las especies más emblemáticas como el buitre negro, el águila imperial o el lobo ibérico y sus esfuerzos por protegerlas. Además de otras problemáticas como la masificación e imposibilidad de cortar accesos. También el hecho de estar el parque en dos comunidades autónomas y la dificultades añadidas que esto conlleva.

Posteriormente los técnicos del propio Ceneam nos hablaron sobre este centro único en España. A destacar su biblioteca que hace envíos a toda España para poder disfrutar todos de sus libros. Uno de los técnicos nos hizo una ruta guiada por una de las rutas destacando las diferentes especies, el aprovechamiento sostenible de la madera del pino silvestre y además fue una visita histórica donde visitamos trincheras de la guerra civil y como se situaban los dos frentes.

Después de esto nos fuimos a hacer un picnic a la zona de río donde hariamos las primeras actividades de toma de muestras de macroinvebrados, así como análisis físico químicos y de causal del río. Tras una primera acción en uno de los tramos del río Eresma llevamos a cabo otra acción similar en otro punto cercano.

Tras finalizar los trabajos nos fuimos a cenar temprano ya que por la noche haríamos el primer muestreo nocturno de insectos. Tras un largo día y un éxito en el primer muestreo nocturno con una gran variedad de insectos observados, nos fuimos a dormir, mañana más y mejor.

Día 2: No destruiréis vuestras raíces (30/05/2025)

El día comenzó con un desayuno con una terraza bañada por la luz de la mañana para llenarnos de energía natural, donde el café sabía a "presente"  y charla amena.  Nuestra primera parada fue en el Centro de Investigación, Seguimiento y Evaluación del Parque Nacional de Guadarrama. Allí nos recibieron técnicos apasionados con más conocimiento que Wikipedia y más amor que una mariposa isabelina bajo la luz de una linterna. Nos hablaron de algo que, sinceramente, da para pensar: los parques, como el Guadarrama, se están quedando aislados, convertidos en islas ecológicas sin conexión con otros ecosistemas. ¿Y qué pasa cuando los árboles no se hablan entre sí? Pues que la biodiversidad sufre y nos vamos olvidando de que estos lugares no son solo bonitos... ¡son vitales!  Nos recordaron que este parque es hogar de joyas vivientes como el sapo partero, el lobo ibérico o el buitre negro —especies que no salen en los titulares, pero que sostienen la vida como un andamio verde y peludo.  También aprendimos que la conservación no se hace solo con binoculares y botas de montaña. Se hace con comunidad, con diálogo, con respeto. Por ejemplo, ¿sabías que el lobo ibérico no es el gran villano del ganado? Gracias a análisis genéticos de excrementos, se ha demostrado que el lobo prefiere otros manjares. Así que, menos miedo y más convivencia. Después, hicimos un recorrido por el centro entre árboles, charcas y un mundo secreto de reptiles e insectos.

Por la tarde, tras una comida reparadora, iniciamos los muestreos en el Río Eresma (VAL 6 y VAL 7). Sentíamos que jugábamos al escondite con una tormenta eléctrica: rugía de lejos, amenazante, pero solo nos alcanzó con unas cuantas gotas tímidas al final de la jornada.  Y como todo buen día necesita un cierre memorable, terminamos en un restaurante que parecía sacado de una película sobre celtas con exceso de cerveza artesanal. El camarero, con melena salvaje y mirada druídica, parecía más un personaje de la historia que un mesero.  Mientras esperábamos la comida, nos sumergimos en un juego entre lo absurdo y lo filosófico: una moneda, una pregunta secreta y una apuesta sobre quién encajaba mejor con la respuesta. Surgieron joyas como:  ¿Quién es más fea que tú?  ¿Quién será el próximo en decir "agua"?  ¿Quién habría sido tu mejor amigo del instituto? Y por si fuera poco, alguien tenía que repetir una acción ridícula en bucle como: sacarse un moco (con técnica), tocar las gafas de alguien o acariciar la calva del vecino. ¡Sí, señores! Reflexión y humor pueden ir de la mano. 😄

Conclusión del día: cuidar la naturaleza no es solo plantar árboles, también es no arrancar nuestras raíces. Es recordar de dónde venimos, convivir con los seres que nos rodean (lobos incluidos) y no perder nunca la capacidad de jugar, reír y aprender. Porque cuando protegemos lo que nos rodea, también protegemos lo que somos.

 

Día 3: 10 que fueron 9 (31/05/2025)

Hoy comenzamos con la caracterización de senderos en el CENEAM, evaluando diferentes parámetros (erosión, cobertura vegetal, anchura) para ver el estado general del sendero. Se eligieron varios puntos (cada 200 pasos) en uno de los senderos que tienen señalizados. Todos llevábamos la camiseta de ACA, lo que reforzó nuestra imagen como grupo y facilitó el contacto con la gente.

Después nos dirigimos al Centro de Visitantes de Boca del Asno, donde nos dieron una pequeña charla sobre el área de Valsaín y su uso histórico. Cuando terminamos fuimos a realizar el primer muestreo en el río Eresma. Recogimos macroinvertebrados, medimos caudal y parámetros físico-químicos. Varias personas se acercaron y les explicamos el objetivo del trabajo y la importancia de la actividad que estábamos realizando.

Por la tarde realizamos el segundo muestreo, también en el Eresma, esta vez en el tramo más profundo hasta ahora, en algunos tramos superó la protección del vadeador y observamos varias truchas.Terminamos con una visita a la Granja de San Ildefonso, en las fuentes encontramos algún que otro tritón jaspeado lo que fue un buen cierre para un día completo.

Día 4: Formar alianzas entre el territorio (01/06/2025)

Los días siempre empiezan con un buen desayuno. Abundancia en la comida, energía en el cuerpo y planes sobre la mesa que se adaptan como un camaleón al clima y a nuestros ánimos

Nuestra primera parada fue la Casa del Águila, donde nos adentramos en el fascinante mundo de las aves. Descubrimos cosas como por ejemplo, que las águilas y los buitres cazan en dehesas y prados, pero anidan en pinares, así que son buenos viajeros frecuentes entre ecosistemas.Además, aprendimos que las aves nocturnas tienen plumas en las patas para silenciar su vuelo, mientras que las diurnas no tienen ese “modo sigiloso”.

También surgió en un debate de cómo el lobo ibérico, en algunas zonas rurales, sigue viéndose como un depredador temible. Sin embargo, resaltamos que ya existen estudios en Madrid que han desmentido este mito.

La gran reflexión del día fue que nuestro territorio está dividido por comunidades autónomas, reservas, zonas de protección, fronteras y burocracias varias. Pero la naturaleza... no entiende de papeles. El águila, el buitre, el lobo: ellos no tienen pasaporte. Se mueven por necesidad, por instinto, por vida. Por eso es urgente crear alianzas reales entre territorios y organismos. Porque si la fauna no reconoce nuestras líneas, ¿por qué nuestras políticas sí deberían hacerlo?

Después de tanto reflexionar, hicimos una caminata por los alrededores de Pedraza. Recorriendo sus calles empedradas, buscando nidos de buitre negro en una zona rocosa impresionante que parecía salida de una postal medieval.

Ya en la tarde, nos topamos con un clásico madrileño: domingo + turismo = restaurantes a reventar. Tras un peregrinaje gastronómico, acabamos comiendo en un restaurante próximo a donde estábamos durmiendo. Y ahí, entre plato y plato, abrimos el corazón. Charlamos sobre nuestras historias de amor y desamor: cómo conocimos a nuestras parejas, cómo terminamos... preguntas cruzadas, miradas cómplices, risas, nostalgia y un montón de “yo también”. Una sobremesa que fue casi terapia grupal.

Para cerrar el día, fuimos al Río Eresma, a los puntos VAL 5 y VAL 8, donde realizamos nuevos muestreos. No era el río más caudaloso, pero tenía su encanto, creando una sensación de estar en medio de la nada y en el centro de todo.

En plena acción, se acercó una familia curiosa. ¡Oportunidad perfecta para hacer educación ambiental! Les explicamos qué hacíamos, por qué es importante monitorear los ríos del Guadarrama, y cómo el agua puede contarnos secretos sobre la salud del ecosistema.

Eso sí, el cierre del día vino con banda sonora incluida: una sinfonía de estornudos y mocos cortesía del polen. Cada uno tenía su estilo, pero había uno que espantaba pájaros, mariposas y posiblemente hasta algún lobo o nutria cercana, haciendo un sonido particular como "parrrapapauuuu" Jajajaja.

Reflexión final:

La naturaleza no necesita permisos para moverse. Solo necesita espacio, respeto y conexión. Formar alianzas entre territorios no es solo útil... es vital. Porque si los ecosistemas no entienden de fronteras, nosotros tampoco deberíamos poner límites al cuidado y al amor por lo que nos rodea.

Día 5: El esperado baño al sol (02/06/2025)

Hoy empezábamos el día con una actividad diferente para empezar el día. Junto con el técnico del Parque de Guadarrama de la vertiente madrileña, Ángel Rubio, tomamos diferentes datos de las diferentes especies vegetales y su crecimiento en un área concreta de un tramo del río y su alrededor. Esta tarea se hace todos los años y es útil para ver el crecimiento de las diferentes especies a lo largo del tiempo y medir la biodiversidad en un área establecida. Allí descubrimos una nueva poza secreta y aprendimos más datos interesantes sobre el parque, su funcionamiento, etc.

El día continuó con los muestreos habituales en dos tramos de río en Rascafría. En el primero de ellos encontramos varios especímenes de Cangrejo Señal, una especie invasora que afecta a nuestros ecosistemas de río gravemente. El río iba fuerte pero ya, como voluntarios y voluntarias expertos, muestreamos como profesionales. El último punto de hoy se localizaba en la zona de las presillas, popular por ser muy accesible y cercana al pueblo y donde la gente suele ir a bañarse. Con muy buen tiempo y con las tripas empezando a despertarse, muestreamos este último punto disfrutando del ambiente en el que nos encontrásemos. Tras una buena comida en el pueblo y la mañana tan intensa, se iba notando el cansancio acumulado y los monitores, viendo el panorama, nos dejaron la tarde libre. Tras un descanso general, algunos aprovecharon para darse un chapuzón cerca del alojamiento y otros para dar un paseo por los alrededores por los bosques de Valsain. Tras una buena ducha y con un poco más de energía, nos dirigimos a Segovia, donde disfrutamos de una cena con el sonido de los vencejos de fondo y con unas excelentes vistas del acueducto al atardecer.

 

Día 6: Como agua de mayo (03/06/2025)

 Cerramos el voluntariado con el último muestreo, en el Arroyo de Matasalgado, acompañados por dos técnicos del Parque Nacional del área de Segovia, con quienes compartimos la metodología realizada. Fue un buen momento para intercambiar impresiones y valorar la importancia de lo realizado.

Por la tarde fuimos a comer cerca del embalse de Navacerrada y conversamos sobre la valoración general del voluntariado, después hicimos una ruta al pico del Telégrafo, disfrutando del paisaje y haciendo bromas sobre la convivencia como grupo estos días.

Para terminar el día cenamos en Navacerrada y de camino hacia Valsaín, ocurrió algo que será difícil de olvidar, estaba lloviendo y paramos en una fuente para tratar de ver algunos anfibios, y de repente, en medio de la oscuridad , apareció una Graellsia Isabelina revoloteando y chocó contra los faros del coche (suerte que no fuera al revés) ya habíamos intentado verla sin éxito en dos salidas nocturnas así que fue como si quisiera decirnos: "cuando menos buscas es cuando sueles encontrar".

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