Día 1: Empezamos la aventura
Despierta el dia y nosotros con él. Desayunamos y nos vamos pronto para aprender el metodo de muestreo de macroinvertebrados, fisicoquímico y de caudal. Nos repartimos en grupos y empezamos a muestrear el rio Cares.
Vamos lentos pero seguros aprendiendo y familiarizándonos con el método. Vemos diferentes familias de insectos acuáticos que identificamos con la clave. Al terminar, vamos a comer al hostal y después nos acercamos a Cain de Valdeón a hacer un tramo de la ruta del cares, aunque caen algunas gotas.
Vamos conociéndonos más, admirando el brutal paisaje que se desploma desde las cimas de alta montaña a más de 2000m hasta el rio cares, y vemos varias aves rapaces y algunas cabras caminando por los roquedos. Volvemos al hostal y comemos comida local estupenda preparada por los empleados amabilísimos que nos hacen sentir como en casa.
Día 2: Bosques llenos de historia
Comenzamos el día madrugando para ver el amanecer desde el mirador del Tombo, desde el que contemplamos una preciosa vista de las cumbres del macizo central de picos de Europa.
Desayunamos y realizamos el primer muestreo del día en un punto alto del Río Cares. Nos abrimos paso entre la vegetación de ribera y realizamos análisis fisico-químicos y muestreo de macroinvertebrados. Al terminar tuvimos la suerte de ver un grupo de buitres sobrevolando los picos cercanos.
El segundo muestreo fue cerca de la localidad de Posada de Valdeón donde se unen los ríos Arenas y Cares. Dentro de los organismos encontrados nos sorprendió un tricóptero saliendo de la casita que había construido.
Después fuimos al centro de visitantes en el que Mar, una de las guías, nos puso en contexto de aspectos relevantes del parque nacional, y vimos un vídeo de fauna que podemos encontrar y cómo influye cada estación del año a este ecosistema. Comimos un bocata al sol y visitamos a Vasco, el border collie de nuestra casa durante estos días, al que todos hemos cogido mucho cariño.
Por la tarde salimos a caminar por los alrededores de Cordiñanes. Visitamos una antigua necrópolis, una bonita ermita, todo esto rodeados de un bosque lleno de hayas,tilos, robles y fresnos. Nos llamó mucho la atención el chorco de los lobos, una antigua e ingeniosa trampa que se usaba para dar caza al lobo, cuando suponía una grave amenaza para la supervivencia de los habitantes de estos pueblos, ya que dependían completamente de la ganadería. Para cenar probamos un delicioso revuelto de setas de la zona y dimos por finalizado este bonito día.
Día 3: EL SOL NO PARA, y nosotras tampoco
Nuestro primer día con Nerea comenzó con parte meteorológico-incógnita, pero salimos de El Tombo preparadas para lo que nos echaran, por si nos tocaba conocer el orbayu (nos tocó).
Después de un viaje en furgo por el desfiladero de los Beyos con cuasipota al ritmo de "Lo mal que estoy y lo poco que me quejo" llegamos a Soto de Sajambre, con Mar lista para recibirnos y guiarnos por el bosque de Güembres. En este bosque de robles, hayas, tilos y avellanos pudimos disfrutar de los primeros hongos del otoño. Quién fuese roble centenario para llenarse las cicatrices de rayo de musgos y helechos. Hemos disfrutado mucho poder aprender in situ sobre plantas medicinales, varas de avellano, hojas de acebo, bajar a la invernal y el canto del trepador azul. Gracias Mar por compartir con el mundo tus conocimientos y tu bolsa de hayucos.
Tras una comida con banda sonora y vistas de berrea, nos dirigimos a nuestros puntos del río Sella. Hoy hemos completado la rotación de tareas, todas hemos hecho ya los tres tipos de análisis que llevamos a cabo en nuestros muestreos. Algunos incluso están perfeccionando la técnica, dicen que para sacar macroinvertebrados de un sustrato arenoso el protocolo consiste en "amasar, oleaje y cachetadita". Cada maestrillo tiene su librillo, ya sabes.
De vuelta al hostal hicimos parada en un mirador chulísimo: a quienes les dió la vista pudieron ver rebecos en unos riscos, y a quien no tuvo que saltar para intentar verlos... el aterrizaje fue otra historia. Tras una buena ducha (la mayoría de nosotros solos, alguna en compañía de cierto escutigeromorfo indeseado) y una cena copiosa nos retiramos a dormir cuál tricóptero en su canutillo, que en Picos ya refresca.
Día 4: La lluvia se queda en agua de borrajas
Nos levantamos apurando la hora del desayuno, pocas ganas de hablar, pero caras simpáticas rodean la mesa. Hoy es miércoles 25 de septiembre, nuestro quinto día de voluntariado con ACA.
La amenaza de lluvia en Picos de Europa se cierne como una nube de preocupación en nuestros planes, aunque a fin de cuentas quedó en agua de borrajas. Con esa incertidumbre inicial cruzamos a Cantabria desde León para conocer al río Deva. De camino paramos en el ventoso Mirador del Corzo infestado de pegatinas moteras.
Con el buche lleno de las rosquillas caseras de Albina y alguna que otra biodramina aterrizamos y hacemos nuestro muestreo. Ya conocemos las labores y nuestras monitoras nos ayudan en cualquier duda o imprevisto. Tanto la compañía como la conversación siempre resultan cómodas en el grupo, se nota que en pocos días ya hemos ganado confianza.
Tras el muestreo hacemos una parada para conocer el entorno del teleférico de Fuente Dé con unas vistas monumentales y una manada de caballos hispanobretones. Nuestra ruta atraviesa pueblos más grandes que los que hemos visto en los últimos días y antes de dar una vuelta por la turística Potes, comemos un menú de cantidades exageradamente generosas que solo me lleva a desear una siesta. Finalmente damos una vuelta por Potes bajo el orbayu y de vuelta en El Tombo nos recibe más agua.
Día 5: Cambio de vivienda
Comienzo de dia igual al anterior, con esas tostadas de melocotón. Tras meter las maletas en la furgo y despedirnos de vasco, partimos del Tombo con un buen chubasco. Llegamos al centro de interpretación en Oseja de Sajambre, con bastante hambre. Nos dieron una charla sobre el oso y sobre el proyecto raices, que consiste en usar los nombres de origen para ser felices.
Tras ello, nos fuimos a Cangas, donde compramos bocatas y nada de fritanga. Comimos en el pueblo de Llanes, dimos un paseo y acabamos en la playa comiendo panes. Despedimos al pequeño timy y saludamos al sol, poniendo asi rumbo al hostal desolador. "El Molino" es precioso, el agua sale ardiendo y el olor es curioso. A la sidrería fuimos a cenar, dos cachopos, dos cachopines y un combinado sin igual. Al volver, la rana gustavo quería cruzar la carretera, pero no podía, asi que nos encargamos de que siguiera su travesía. El día fue intenso y acabo genial, con una ducha tan caliente como un volcán.
Día 6: Los secretos (y esquivos) quebrantahuesos
Comienza otro nuevo día en nuestra aventura por Picos de Europa, nos levantamos temprano en el nuevo alojamiento en Arenas de Cabrales, desayunamos para coger fuerzas y a nuestra salida descubrimos que no todos los ríos llevan agua, porque parece ser que por esta zona lo que discurre por sus cauces es "Nestea". Después, nos desplazamos hacia la Fundación Quebrantahuesos, donde nos atiende Gerardo y nos da, según el parecer del escritor, una amena e interesante charla sobre las distintas funciones de la fundación, la biología de esta especie y otros temas de gran interés. Seguidamente, después de comer, nos trasladamos a uno de los puntos del río Duje para hacer los muestreos, el río bajaba con algo de fuerza, pero a pesar de ello pudimos completar con éxito nuestro objetivo, con algún contratiempo en forma de caída. Después de los muestreos, algunos nos quedamos en el alojamiento lamiéndonos las heridas, mientras que los demás se marcharon a ver el Mirador de Oceño, para disfrutar de sus increíbles vistas, y también de un grupo de simpáticas cabras.
Para finalizar el día, cenamos en un restaurante en Arenas, y volvemos al alojamiento para disfrutar de un merecido descanso y recargar pilas con la mente puesta en el día siguiente.
Día 7: A Bulnes se sube andando
Comienza este último día. Con pena, pero con ganas nos dirigimos a los que serán nuestros últimos muestreos del voluntariado. El río Duje nos espera fresquito a primera hora de la mañana. Sin más dilación, algunos se meten en el agua a hacer el muestreo de macros y otros nos ponemos con el físico químicos y el caudal. Con la compañía de Vanesa, repasamos el por qué de los muestreos y su ejecución. El sol sale poco a poco y nos calienta, preparándonos para el último muestreo. Este es mi favorito. Tras llegar a orillas del río, el sol se cuela entre las laderas de las montañas verdes y nos regala la muestra de macros más impresionante. Las larvas de odonatos, bien crecidas, nadan entre el resto de macroinvertebrados que se quedan pequeños a su lado. Además, también hemos muestreado un escorpión de agua, que, con su peculiar forma, nos saluda desde la bandeja. Contentos y con más hambre que antes, nos dirigimos a Sotres, a comer en un mirador impresionante desde el que vemos todo el valle del Duje y otros puntos de interés como el collado de Pandébano, desde donde sale la ruta para ver el famoso Naranjo de Bulnes.
Tras unos buenos bocatas con vistas únicas, nos vamos a hacer la ruta que sube al pueblo del Bulnes. Este pueblo solo es accesible a pie (si te gusta andar) o por funicular. Por supuesto, nosotros subimos andando, disfrutando de las parades impresionantes del cañón que sube a Bulnes que nos obliga a darnos la vuelta y parar de poco en poco para admirar las vistas. Cuando llegamos, algunas se sientan a tomar un café y otros nos dirigimos a un mirador un poco más arriba desde el cual, con cielo despejado (que no es el caso) se puede ver el Naranjo. Aunque no tuvimos suerte, las vistas de Bulnes y el cañón nos compensan la ausencia del pico Uriellu.
Bajamos ligeros, pues el hambre acecha, y tras limpiar todo el material, dejar la furgo lista, una ducha y algunas compritas (no se puede volver de Picos de Europa sin algún queso), disfrutamos de la última cena en buena compañía para terminar otro voluntariado más con una sonrisa y una sensación de estar en familia. Muchas gracias a todas y a todos por participar y hacer de esta experiencia una aventura maravillosa.