Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, el PN centenario

Valles, gargantas, cañones... El paisaje del Parque Nacional de Ordesa se queda en la retina de todos sus visitantes. Es el sitio perfecto para una de nuestras especies más emblemáticas, el quebrantahuesos. Todo un reto para realizar nuestros muestreos de verano. Durante más de una semana recorreremos todos estos parajes junto con nuestro equipo de voluntari@s.

 

Día 1. Llegada de los voluntari@s.

La recepción es en Sabiñánigo , tras la llegada al primer  ligar de hospedaje, se produce una  charla/presentación del proyecto, los monitores y las voluntarias. Se habla de los planes y los objetivos a realizar y la motivación es máxima.

Día 2. En los dominios del Quebrantahuesos.

Durante el primer día de actividad, focaliza la atención la Fundación para la Conserrvación del Quebrantahuesos (FCQ) con quien se realiza una ruta guíada por los miradores de Revilla para observar a esta impresionante ave necrófaga. Por la tarde, se realiza el primer muestreo en el río Bellós en el que se les explica a las voluntarias el protocolo a seguir incidiendo en la importancia de la desinfección.  Al poco de acabar empieza a llover ligeramente. La lluvia nos acompaña de vuelta a descansar. Salida a buscar anfibios.

Día 3. Garganta de Escuaín.

Visitamos con las voluntarias el pueblo de Aínsa, sede del ecomuseo del quebrantahuesos gestionado por la FCQ. Allí nos informan sobre la historia del Parque Nacional y sobre el estado de conservación del quebrantahuesos (Gypaetus barbatus). Por la tarde, seguimos conociendo los alrededores del Valle de Escuaín a través de la Ruta de las Ermitas,  la visita al Dolmen de Tella y comienza la preparación de la actividad de sensibilización ambiental que se realizará en el Valle de Ordesa.

Día 4. La importancia de los Buitres.

Por la mañana se procede a realizar la última actividad con la FCQ al visitar uno de los muladares que sirven para la alimentación de las diferentes especies de buitres  que se encuentran por la zona. Entre ellas encontramos al buitre leonado (Gyps fulvus), al alimoche (Neophron percnopterus) y al propio quebrantahuesos (Gypaetus barbatus). Por la tarde, se realiza la toma de dos muestras en otros tantos puntos en el río Yaga, en la Garganta de Escuín.

Día 5. El PN de Ordesa y Monte Perdido desde dentro.

Recibimos en La Lamiana una visita muy especial. Luis Marquina, antiguo director del Parque y actualmente centra su trabajo en el uso público, nos  habla sobre cómo se gestiona  un Parque Nacional, desde sus comienzos hasta la actualidad. Nos habla de los problemas y del reto que supone y se mantiene un interesante debate sobre las soluciones, especialmente la educación y sensibilización de los visitantes en particular y del ser humano en general. Al finalizar, recibimos a Javi, también trabajador del Parque Nacional y a la vez empresario en la Lamiana, que nos cuenta cómo se vive alejado de los grandes núcleos urbanos y cómo se puede salir adelante sin las comodidades que nos ofrecen las urbes. Al finalizar, se procede a cambiar de valle. Dejaremos atrás Escuaín y pasaremos el resto de días cerca del Valle de Ordesa. Por la tarde, visitamos el Valle del Bujaruelo para que Conchita Múñoz, autora del libro “Orquídeas Silvestre de Aragón” nos muestre alguna de las especies que se encuentran en el pirineo aragonés. Entre esas especies encontramos ejemplares del género Epipactis, Dactylorhiza y Gimnadea.

Día 6. Conocemos a la Rana pirenaica.

El sexto día de campo comienza temprano. A las 7 de la mañana acudimos a la cita con Fernando Carmena, técnico del Parque para visitar al último anfibio descubierto por la ciencia en Europa, la rana pirenaica (Rana pyrenaica). Con él además, hicimos una breve ruta interpretada por la Pradera de Ordesa, viendo numerosos ejemplares vegetales de gran interés y también tuvimos la suerte de conocer de primera mano cómo se recogen las muestras de una estación meteorológica muy cerca del antiguo parador, hoy tristemente abandonado.  No acabó aquí el trabajo, ya que nuestras voluntarias quisieron muestrear el tercer punto en el río Arazas. Con la amenaza de lluvia se realizó el muestreo con éxito.  Por la noche, para cerrar la jornada, nuestras voluntarias recibieron una charla sobre los distintos programas de muestreo que se realizan con aves, centrándonos en el programa de aves nocturnas Noctua  y realizando una salida por los alrededores para comprobar de primera mano cómo canta el cárabo (Strix aluco).


Día 7. El desafío de Cola de Caballo.

El día más duro del campo llegó casi sin darnos cuenta. Nuestras voluntarias prepararon todo el material y lo cargaron a hombros desde la Pradera de Ordesa hasta la Cola de Caballo para realizar la toma de muestras en los dos puntos que aun restaban del río Arazas. El día más duro se vivió acompañado de un gran tiempo y a la vuelta pudimos escuchar y ver a las marmotas (Marmota marmota) en sus paseos estivales.

Día 8. El Cañón del Añisclo.

Ya sólo quedaban dos puntos de muestreos. El segundo del río Bellós y el único punto en el río Aso. Este río se muestreó a petición del Parque Nacional para comprobar el impacto de los barranquistas sobre el río. Y es que en esta época del año y hasta finales de verano, se pueden contar un gran número de personas que van a practicar este deporte sin quizás haber tomado las medidas adecuadas, con el problema que ello conlleva para nuestros macroinvertebrados acuáticos.

Día 9. La Educación Ambiental como protagonista.

Habiendo finalizado el muestreo el día anterior, el último día activo del campo de voluntariado se centró en la actividad de sensibilización ambiental. Y es que, desde ACA, se quiere hacer incapié en la necesidad de formar a nuestros voluntarios para ser capaces de divulgar el conocimiento científico que se está adquiriendo durante el campo. Por ello, dedicaron una mañana entera a preparar el material y a confeccionar mapas, dibujos, etc con los que poder servirse como herramientas para hacer llegar a la gente el mensaje. Una de las herramientas que más éxito tuvo fue la del photocall, en la que podías sentirte un odonato durante unos segundos y llevarte una divertida imagen a casa para no olvidar lo aprendido.  Al finalizar la actividad se hizo una puesta en común , en la que monitores y voluntarias dieron sus  opiniones y puntos de vista sobre la experiencia del campo y así poder mejorarlo con vistas al futuro.

Día 10. Siempre nos quedará Ordesa.

Se recogió todo el material desinfectado, se rehicieron las maletas y se puso rumbo a Sabiñánigo para dejar a nuestras queridas voluntarias volver a casa. Al llegar a la estación, las voluntarias tenían una sorpresa preparada para los monitores. Unas dedicatorias personalizadas y unos detalles de gastronomía local en agradecimiento al trato recibido. Y es que, en lo campos de voluntariado en Parques Nacionales de la Asociación de Ciencias Ambientales, se forma un nexo de unión no sólo en torno al loable objetivo de agrandar el conocimiento científico a nivel general y unipersonal. Las personas, que vienen de sitios diferentes y momentos diferentes, encuentran también un lugar y una pequeña familia durante unos días en los que el resto de la normalidad queda eclipsada por la belleza de los espacios naturales que visitamos.